Uno de los mayores temas que se deben analizar en educación en los últimos años es la necesidad de identificar al alumno del siglo XXI, aquel que ha nacido después de 1985, que tiene acceso a Internet, para él la televisión no es algo nuevo, el email es algo que forma parte de su habitualidad, tiene más conocimiento del ctrl.+Alt+Delate que del mismo abecedario, ver dvds forma parte de su rutina, escucha música en formato MP3, busca acceso instantáneo a través de los mensajes de textos y crea su propio lenguaje a través de ellos, el email ya es una cosa del pasado. Todos estos temas generan la necesidad de adaptarse a una nueva demanda por parte de los estudiantes y la tecnología junto a la metodología se transforman en las herramientas capaces de ofrecerles una alternativa diferente. Por su parte, el profesor tanto secundario como terciario es un nuevo docente en algunos casos es un investigador, debe ser un especialista en diseño curricular, ser un experto en comunicaciones, debe conocer de calidad de la educación, debe ser un gestor académico y conocer de administración. La tecnología por si es importante pero no suficiente y debe ser capaz de generar las herramientas necesarias para que profesores y estudiantes tengan las habilidades y competencias necesarias para enfrentar los desafíos que presenta el mundo del siglo XXI, las instituciones de educación no deben transformarse en tecnocentristas es decir, en organizaciones donde la tecnología es lo último y lo más importante, se debe considerar a la tecnología como una aliada más en el proceso de formación de los estudiantes. Es interesante ver como los temas del uso de la tecnología ha penetrado tan fuertemente en la sociedad Europea.
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